Nueva York, 14 abr (Prensa Latina) El legado del reconocido salsero cubano Arsenio Rodríguez (1911-1970) regresa hoy a uno de los escenarios donde hizo historia tras la premier en esta ciudad del documental a su memoria, dirigido por Rolando Almirante.
Para el realizador, el estreno de La leyenda de Arsenio en la 24 edición del Havana Film Festival representa el cierre de un recorrido de homenaje a uno de los cubanos más influyentes de la historia de la música latina y universal, en particular para la salsa, la timba y el son montuno.
«Quedé muy emocionado cuando supe de su proyección en Nueva York y pienso que es como cerrar un ciclo: Arsenio llegó a ese sitio donde dejó una impronta profunda y ahora regresa», comentó en declaraciones a Prensa Latina.
La cinta, estrenada en Cuba en 2012, tiene como tema el legado del padre del son y la salsa, narrada a través de los testimonios de su hija Regla Travieso y algunos de quienes compartieron escenario con esa leyenda musical en Nueva York, Puerto Rico y su isla natal.
De acuerdo con el director, la idea surgió en 2011 de la manera más curiosa en el centenario del natalicio de Arsenio Rodríguez, cuando un disco de homenaje organizado por el productor y musicólogo Tony Pinelli terminara en un concierto, un fonograma y el documental.
«Filmamos el proceso del disco que está ahí pero empezamos a investigar las raíces, marcas y signos de la huella de Arsenio; de ahí surge el documental que empieza en su casa natal en Bolondrón, Matanzas, y recorre toda su historia», comentó.
Otras de las apuestas de la pieza es reivindicar ciertos procesos que opacaron la figura del conocido como Ciego Maravilloso a pesar de su impronta en la música latina en Nueva York, donde una de las calles del condado del Bronx lleva su nombre.
«Cuando uno hace un documental de una figura tan grande como lo es Arsenio Rodríguez trata de reivindicar ciertos procesos. Siento que cuando logras la película, ahí va ese deseo de que las personas conozcan y reconozcan a esa figura», insistió al respecto.
Al mismo tiempo, los desafíos propios de la década del 50 y 60 del siglo pasado aparecen recogidos en los testimonios del filme que también insiste en los obstáculos que enfrentó en ese sentido.
Arsenio sufrió varias marginaciones porque ser un músico ciego y negro en esa época no siempre era bienvenido, aseguró Almirante.
«Tras su llegada a Estados Unidos, hasta su propia hija me revela que ellos no se fueron con él justamente porque los años 60 fueron muy duros para las personas de raza negra».
A juicio del director, se trata de heridas que no se curan todavía en el imaginario y proceso sociales de la nación norteña.